Thule

Los niños de mi generación leíamos con asiduidad los tebeos del Capitán Trueno. Inicialmente sólo mirábamos los dibujos, pero cuando aprendimos las primeras letras también comenzamos a leer las viñetas. Perdura entre mis recuerdos la primera frase que leí en un tebeo: Goliat, el orondo y tuerto compañero del Capitán Trueno, decía: «mi gozo en pozo». Ese día ya no seguí leyendo porque la frase, por sí misma, me hizo reír y me ofreció suficiente contenido. Gracias al Capitán comencé a valorar la lectura, no ya como una tediosa obligación escolar, sino como un nuevo universo de emociones y posibilidades.

Víctor Mora y el dibujante Miguel Ambrosio crearon los personajes del intrépido guerrero y de sus inseparables amigos: Goliat y Crispín. También estaba Sigrid, la sempiterna novia del Capitán, una hermosa y blonda princesa nórdica que llegó a reinar en una lejana isla con el mítico nombre de Thule. Nadie sabe dónde se hallaba ese lugar. En la Antigua Grecia identificaba unos territorios nórdicos desconocidos, probablemente Escandinavia. Los historiadores siguen especulando sobre su ubicación, pero lo único incuestionable es que ese era el lugar donde estaba el reino de la novia del Capitán. Ventajas de la ficción sobre la realidad.

Así mismo Thule prestó su nombre a un elemento químico del codiciado grupo de las ‘tierras raras’: el tulio, del latín thulium. Fue descubierto en el siglo XIX por un químico sueco que quiso dejar constancia de sus raíces escandinavas. Ahora, mientras escribo, tengo sobre la mesa una minúscula muestra de tulio, incrustada en un pequeño marco de metacrilato junto a los elementos que componen la tabla periódica.

Thule también designa dos lugares distantes: una isla inhóspita y deshabitada frente a la Antártida, reclamada al Reino Unido por Argentina, y una base militar de EE. UU. en el norte de Groenlandia. Mitos y realidades se entrelazan con la actualidad, manteniendo el aura de fascinación que emana de Thule. Para Trump es una obsesión. No se conforma con una base militar y ambiciona toda Groenlandia. También ambiciona las ‘tierras raras’ de esa gran isla y de paso, las de Ucrania. Según el presidente yanqui «todos los países tienen cosas de gran valor». Putin es de la misma opinión, pero no son los únicos que ven el mundo como un espacio para la rapiña. Rusia tiene un serio problema de natalidad y, por abominable que resulte, en vez de tierras raras necesita niños ucranianos para rusificarlos; ya ha secuestrado a más de 16.000. La obsesión de Netanyahu es diferente. Quiere hacer desaparecer a Hamas, aunque a costa de deshacerse de los palestinos, incluidos los 20.000 niños muertos por su ejército. La época del Capitán Trueno no era diferente a nuestros tiempos. Él y sus amigos plantaban cara a todo tipo de villanos y usurpadores. Según el autor del tebeo defendía los derechos humanos: al débil frente al poderoso, la justicia frente al abuso… Recuerdo al corpulento Goliat blandiendo su porra mientras hacía retroceder a sus adversarios con arcaicos apelativos: «¡Atrás, mentecatos!». El grupo Asfalto les rindió homenaje en 1978 con una canción: «Ven Capitán Trueno haz que gane el bueno» y «Ven Capitán Trueno que el mundo está al revés». Bien mirado, se pueden cuestionar los excesivos sablazos y garrotazos del Capitán y sus camaradas, más dispuestos a cavar trincheras que a construir puentes. Hay batallas y guerras, cruentas o políticas, que es preferible evitar, porque las victorias de hoy son la simiente de las futuras guerras de mañana.

Otros son hoy los bellacos y mentecatos que pisotean a las personas y su dignidad, maltratando la verdad, y también están los desvergonzados que rapiñan los fondos públicos. Pertenecen a especies invasoras de diversos colores y pelajes, que crecen sin control en un mundo que «está al revés». Nos queda la esperanza que anunció el nuevo papa León XIV en su primer mensaje a Roma y al mundo: la certeza cristiana de que «el mal no prevalecerá».

Mientras tanto, como dijo Vargas Llosa, la literatura es «una representación falaz de la vida que, sin embargo, nos ayuda a entenderla mejor […]. Ella nos desagravia de los reveses y frustraciones que nos inflige la vida verdadera y gracias a ella desciframos, al menos parcialmente, el jeroglífico que suele ser la existencia».

Gandia, 23 de mayo de 2025.

Este artículo ha sido publicado en la edición de La Safor del diario Levante-EMV el 28 de mayo de 2025. Fotografía: El Capitán Trueno y Sigrid de Thule en una viñeta del tebeo.

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