Entre 2005 y 2021 Angela Merkel ejerció como Canciller de Alemania. Tras cuatro legislaturas decidió retirarse de la política y explicó sus planes de futuro: «Trataré tal vez de leer y se me cerrarán los ojos, porque estaré cansada. Entonces trataré de dormir un poco y luego veremos dónde aparezco». Y apareció en el lugar más insospechado: en una novela policiaca.
David Safier no perdió el tiempo. Coincidiendo con su jubilación publicó la novela Miss Merkel: el caso de la canciller jubilada. En 2022 publicó una segunda entrega y ya se anuncia la tercera. También se estrenó hace poco una serie de televisión basada en las novelas.
IKEA tampoco perdió el tiempo. Publicó en los principales periódicos un anuncio en el que una mujer con el aspecto de Merkel reposa apaciblemente en un sillón orejero. «Por fin en casa» fue la frase que acompañó a la plácida imagen.
Las lecturas complejas no son recomendables en verano. Para la época canicular resultan más adecuados los libros ligeros y entretenidos. Las novelas de Miss Merkel satisfacen esas condiciones, no sobrecargan las neuronas y añaden un saludable toque de humor. Los dos títulos de la saga imaginan a la excanciller, ya jubilada, como una sagaz detective, trasunto del personaje de Miss Marple de Agatha Christie.
Con un tono chistoso sin ser hiriente, que llega a provocar la carcajada, Safier presenta a una troupe entrañable. Acompañan a la excanciller su marido Joachim Sauer (Achim), el enamoradizo guardaespaldas Mike -de dos metros de altura- y el perro carlino Putin: torpe, perezoso e incapaz de controlar sus ventosidades. La trama detectivesca transcurre en un pueblecito donde Merkel se instala ficticiamente en busca de tranquilidad, muy adecuado para los objetivos que anunció para su vida de jubilada: descansar, dejar de ser la mujer más influyente del mundo y pasar más tiempo con su esposo.
En una reciente entrevista Safier dijo sobre la excanciller que era «una política de primera línea» que «tenía un estilo calmado, atractivo, que se basaba en los hechos, muy distinto de Trump o Boris Johnson, y que conseguía resultados». Resaltó que «después de dieciséis años había alcanzado el grado de popularidad más alto de su carrera». No obstante, en la novela, su marido Achim afirma haber calculado que el porcentaje de aciertos de Angela era del 81,4%, mientras que el 18,6% eran errores. Es ley de vida: todos los políticos se equivocan y también los no políticos, unos más, otros menos y algunos de forma habitual.
Aunque Merkel también se equivocaba, en general se le ha considerado como una política destacada, que dejó huella. Priorizaba lo que juzgaba conveniente para Alemania y lo que demandaba la sociedad, frente al programa y los intereses de su partido. Esto le permitió adoptar propuestas de partidos políticos rivales cuando las consideraba adecuadas y evitar temas que pudieran sembrar la división. Sin embargo, el pragmatismo no significa ausencia de principios. Como ella misma afirmó: «Hay una línea roja que no debemos cruzar. Es un compromiso con los derechos humanos, el respeto a la dignidad del ser humano».
La detective Merkel es fiel a su formación. Resuelve los crímenes aplicando el método científico: plantea una hipótesis sobre el asesino, busca hechos empíricos incompatibles con dicha hipótesis y, si los encuentra, descarta su hipótesis y establece una nueva. La excanciller fue científica antes que política; eligió una carrera de ciencias «porque allí la verdad no se dobla tan fácilmente». Se licenció con una tesis de química cuántica y se doctoró en 1986 en el Instituto Central de Química Física de Berlín. Allí conoció a Joachim Sauer, un destacado químico cuántico con el que se casó en 1988. Dos años después «Mami Merkel» -como le apodaron en Alemania- dejó de investigar «las constantes de velocidad de las reacciones» y temas similares y fue elegida diputada en el Bundestag en las primeras elecciones celebradas tras la reunificación de Alemania.
Respecto al perro, Safier eligió el nombre de Putin recordando un incidente de 2007 durante una visita de Merkel al mandatario ruso. Putin dejó suelto a su perro, un enorme labrador negro, aun sabiendo que Merkel les tenía miedo a los canes. Las fotografías del encuentro son expresivas: muestran a Merkel muy incómoda cuando el perrazo intenta lamerle las manos, mientras Vladimir Putin esboza una cínica sonrisa. La canciller comentó que Putin lo había hecho para «probar que es un hombre».
Hace poco le concedieron la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania y comentó que «que la política es un nido de serpientes» y que no habría sobrevivido de no ser por esa otra parte de la política que fueron sus más estrechos colaboradores. Gracias a Safier, la popularidad que adquirió como canciller se prolongará en el universo de la ficción. Una dosis de humor siempre es bienvenida.
Gandia, 20 de agosto de 2023.
Publicado en la edición de La Safor del LEVANTE-EMV el 25 de agosto de 2023. La fotografía es la portada del libro “Miss Merkel. El caso de la canciller jubilada” de David Safier. Ed. Seix Barral (2021).